No caben dudas de que pocos autores han tenido una influencia tan decisiva en el desarrollo de la antropología sociocultural como LEWIS HENRY MORGAN. Por un lado, puede decirse que toda la antropología cultural norteamericana se desarrolló en función del rechazo boasiano de la versión del evolucionismo elaborada por Morgan. Por otro —y esto nos parece lo más importante—, su ‘descubrimiento’ de la terminología de parentesco clasificatoria de los iroqueses, que primero creyó exclusiva de ese pueblo y luego comprobó que era una versión de un tipo de terminología presente entre todos los pueblos nativos de Norteamérica, y su intento de desarrollar una amplia visión comparativa de los sistemas de parentesco —concretado en el libro Systems of consanguinity and affinity of the human family, que publicó en 1871— supusieron la instalación de éste como el primer ‘gran tema’ de nuestra disciplina, lugar del que no sería desplazado hasta más de un siglo más tarde, con la irrupción del relativismo radical de David Schneider.
A pesar de la centralidad del autor y de su libro, Systems... no ha sido traducido al castellano, hecho que dificulta la adecuada enseñanza de los abordajes antropológicos del parentesco. Atendiendo a este déficit, Potlach – Antropología y política publica, en tres entradas separadas, el Prefacio y los dos primeros capítulos de la Primera Parte de Systems..., en traducción de la colega Julieta Gaztañaga.
Lewis Henry Morgan (Dominio público; fuente: http://www.rochesterhistory.org/founders.htm) |
TRADUCCIONES
Sistemas de consanguinidad y afinidad de la familia humana[1]
(Prefacio; Primera parte, capítulos I y II)
Lewis Henry Morgan
Traducción:
Julieta Gaztañaga
(FFyL y FSoc-UBA
/ CONICET)
Prefacio
La filología ha provisto un admirable
instrumento para la clasificación de las naciones en familias sobre las bases de las afinidades
lingüísticas. Una comparación de los vocablos y las formas gramaticales de
ciertos lenguajes las ha mostrado ser dialectos de un lenguaje común, y a estos
dialectos, bajo un nombre común, han sido así
restituidos a su unidad original como familia de lenguajes. De esta manera y a través de esta
mediación, las naciones de
Algunas de estas familias han sido definitivamente más circunscriptas que otras. Los lenguajes ario y semítico han sido exitosamente trazados en sus límites, y los pueblos que hablan cada uno de ellos son reconocidos ahora como familias en el propio y estricto sentido del término. De los que quedan, el Turaniano constituye una gran reunión de naciones reunidas por delgadas afinidades antes que una familia en sentido ario o semítico. Respecto del lenguaje malayo, éste se aproxima a los standards exactos, aunque sus divisiones principales están signadas por diferencias considerables. El lenguaje chino y sus parientes, como las lenguas monosilábicas, probablemente se sitúan en campos lingüísticos más que distinguirse como familia independiente de lenguajes. De otra parte, los dialectos y la variedad de lenguajes de los aborígenes americanos aún no han sido explorados con suficiente minuciosidad como para determinar si derivan de un lenguaje común. Hasta donde se han hecho las comparaciones, han sido encontrados acordes a un plan general y en su estructura gramática.
Los remarcables resultados de la filología comparativa y la eficiencia del método con el cual procede como ciencia proveen la seguridad de que todas las naciones humanas se reducirán a familias claramente circunscriptas como la aria y la semítica. Pero es probable, como finalmente ha sido determinado, que el número de estas familias exceda considerablemente al número reconocido hoy. Cuando este trabajo de filología haya sido completado, la cuestión versará sobre si la conexión de algunas dos o más de estas familias puede ser determinada a partir del material lingüístico. Un resultado como éste no es improbable, aunque en el presente ningún análisis de lenguaje, aunque meticulosos y profundo, haya sido capaz de cruzar la barrera que separa el lenguaje ario del semítico -y estos son los más cabalmente explorados-, ni de descubrir el proceso por el cual, si originalmente derivan de un lenguaje común, se han vuelto radicalmente distintos en sus formas últimas. Es con especial referencia a esta conexión que los sistemas de consanguinidad y afinidad de varias familias humanas podrían responder estas preguntas vitales, tal es la investigación emprendida cuyos resultados están contenidos en este volumen.
Es en los sistemas
de relaciones de las grandes
familias de la humanidad donde son depositados y preservados algunos de los más
antiguos memoriales del pensamiento humano y la experiencia. Estos sistemas han
sido trasmitidos a través de los canales de la sangre desde las edades más
tempranas de la existencia del hombre sobre
Todas las formas así descubiertas se resuelven en sí mismas, en un sentido comprensivo, en dos: la descriptiva y la clasificatoria, las cuales son el reverso de cada una en sus concepciones fundamentales. Como sistemas de consanguinidad cada una contiene un plan, para la descripción y la clasificación de la parentela, una clasificación que constituyó un acto de inteligencia y conocimiento. Ascienden por la cadena de derivación a una antigüedad remota, desde la cual, como formas definidas y cristalizadas, comienza su propagación. Si como formas orgánicas, son capaces de cruzar la línea de la demarcación que separa una familia de otra, de la complaciente evidencia de la conexión étnica entre tales familias dependerá la estabilidad de estas formas y su poder de auto-perpetuación en los flujos de la sangre a través de períodos indefinidos de tiempo. Para el propósito de determinar a través de amplios exámenes si estos sistemas poseen tales atributos, la investigación ha sido extendida sobre un terreno lo suficientemente vasto como para abarcar cuatro quintos (4/5) y más, numéricamente, de toda la familia humana. Los resultados están volcados en las Tablas.
Una comparación de los sistemas de parentesco y un cuidadosos estudio acerca de los ligeros pero claramente marcados cambios a través de los cuales han pasado, de repente ha permitido recuperar, conjeturalmente en definitiva, la gran serie o secuencia de costumbres e instituciones que marcan la senda del progreso del hombre a través de las época del barbarismo; y que significa que el hombre ha ascendido desde un estado de promiscuidad hasta uno de civilización. El lector en general podrá alarmarse por la principal inferencia delineada a partir del sistema de parentesco clasificatorio, es decir, que se origina en el intermatrimonio de hermanos y hermanas en la familia comunal, y que ese fue el estado normal del matrimonio, y de la familia, durante la parte temprana de las inconmensurables épocas del barbarismo. Sin embargo, la evidencia que soporta esta conclusión parece ser decisiva. Aunque es difícil imaginarse el extremo del barbarismo y que presupone esa costumbre, es una presunción razonable pensar que el progreso para atravesar y salir del barbarismo lo hizo a través de sucesivos estadios de avance y a través de grandes movimientos reformadores. Realmente, parece probable que el progreso de la humanidad fuese mayor en grados y en el alcance de su recorrido en las edades del barbarismo que desde lo ha sido desde las edades de la civilización; y esto fue algo más duro, incierto y más intenso de alcanzar frente a lo que ha sido desde que alcanzamos el presente estatus. La civilización debe ser vista como el fruto, el premio final, de la vasta y variada experiencia de la humanidad en las épocas del barbarismo. Las experiencias de ambas condiciones conforman los eslabones sucesivos de una cadena donde no podemos interpretar uno sin el otro. Este sistema de parentesco, en lugar de repugnar la mente, devela con sensible claridad, “el fondo del hoyo desde donde [hemos] cavado” con la buena providencia de Dios.
Un gran número de naciones inferiores no están representadas en las Tablas y en este sentido la exposición es incompleta. Pero se considera que están ordenadas en una escala lo suficientemente comprensiva como para determinar dos cuestiones principales. Primero, si un sistema de relaciones puede ser empleado independientemente como un fundamento para la clasificación de las naciones en familias, y segundo, si los sistemas de dos o más familias así constituidas pueden dar testimonio decisivo en lo concerniente a la conexión étnica de tales familias cuando se encuentran en áreas disconexas. Si para estos propósitos, sus usos se mostrasen afirmativos, no sería difícil extender la investigación a las naciones restantes.
En el progreso de
la investigación se vuelve necesario separar de la familia turaniana a las
variedades turca y finlandesa, y erigirlas en una familia independiente. Se
encontró que poseen un sistema de relaciones fundamentalmente diferente de
aquel que prevalece en las principales ramas de la división sureña que
estrictamente está en la cabeza de la familia. La nueva familia, que por las
razones mencionadas me aventuré a construir, la he denominado uraliana. Al
mismo tiempo la familia china ha retornado a la familia turaniana sobre el
fundamento de poseer sustancialmente el sistema de consanguinidad turaniano. En
la clasificación recibida de las naciones asiáticas aún necesitó verse desde la
misma consideración otra innovación. La porción de gente de
Rochester, New York, enero de 1886.
Agradecimientos
En cuanto a los materiales a partir de
los cuales se construyeron las tablas, estoy endeudado en escala tal que supera
en mucho mi capacidad de dar un reconocimiento suficiente. Los nombres
adjuntados a las listas de los inventarios darán alguna impresión de la
extensión en quienes en los países extranjeros deben haber contribuido, así
como los que han sido fastidiados, a través de las intrincadas y elaboradas
formas en que fueron solicitados para investigar, desarrollando
sistemáticamente un inventario sobre las preguntas impresas. Sin su cooperación así como la gratuidad de su
labor hubiera sido imposible presentar las tablas con excepción a las relativas
a las naciones indígenas americanas. Cada inventario debería ser recibido como
una contribución separada de la persona gracias a quién se hizo, y el crédito de
esta información contiene una deuda para con ella. Sin pretender hacer
diferencias, al menos entre todos, deseo mencionar el hecho de que la gran
mayoría de los formularios extranjeros fueron completados por misioneros
americanos. No hay ninguna clase de hombre sobre
También estoy en
deuda con con S. B. Treat, D. D., Secretario de
Especialmente estoy en deuda con el Instituto Smithoniano por la cooperación eficiente en procurarme materiales para este trabajo.
Con el fallecido Hon. Lewis Cass, Secretario de Estado de EE.UU. y con su sucesor inmediato, Hon. William H. Seward, también tengo la grandísima obligación de elogiar por esta investigación a los representantes diplomáticos y consulares de los EE.UU. en los países extranjeros; y por las facilidades del gobierno mientras mantuve con ellos una equivalentemente extendida correspondencia.
Entre muchos otros
a quienes debo mencionar no puedo omitir los nombres de mis amigos, J. H.
McIlvaine, D. D., del Colegio de New Jersey, quien ha estado familiarizado con
la naturaleza y con los objetivos de esta investigación desde sus comienzos, y
de quien recibí sugerencias importantes; Chester Dewey, D. D., de
Hay aún otra clase de personas para quienes mis obligaciones no son pocas, son los indoamericanos nativos de las diferentes naciones, hombres y mujeres, quienes por natural humanidad de corazón y para gratificar los deseos de un extranjero me han dado su tiempo y su atención durante horas y hasta durante días, en lo que para ellos debe haber habido una tediosa y poco placentera labor. Sin la información que obtuve de ellos hubiera sido totalmente imposible presentar el sistema de relaciones de la familia India.
Nota
[1] Systems of consanguinity and affinity of the human family. Smithsonian Contributions to Knowledge, Vol. XVII. Washington, Smithsonian Institution, 1871. (Este texto se encuentra bajo Dominio Público en su país de origen —los Estados Unidos de América— porque fue publicado antes de 1 de enero de 1928).
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